¡Al iniciarse el mes de Adar se incrementa la alegría’!
La alegría común es por todo lo bueno que existe en el mundo, pero esta no es completa ya que aún persisten en él la maldad y el sufrimiento. Sin embargo, cuando resulta claro que el mal se puede transformar en bien esto es motivo de una alegría especialmente particular.
Esto es lo que aconteció en el milagro de Purim, cuando el Santo Bendito Él transformó el mal en bien y salvó al pueblo de Israel, tal como se explicará a continuación (inciso 5).
En virtud de esto aprendimos que todo aquello que se realiza en el mundo, incluso lo malo, finalmente se revertirá para el bien. En la medida en que incrementemos nuestra fe en la Torá, acercaremos la redención, el mal se convertirá en bien y la alegría predominará en el mundo. La singularidad del mes de Adar radica en que es capaz de transformar el mal en bien, y sobre esto dijeron nuestros sabios: “Al iniciarse el mes de Adar se incrementa la alegría”.
En un año embolismal existen dos meses de Adar y se celebra Purim en el segundo de estos, para mantener cerca la alegría de la redención de Purim con la de la salida de Egipto en Pesaj. Sin embargo, también en el primer mes de Adar nos conducimos con un cierto espíritu festivo y en este se abunda en manifestaciones de alegría.